La humanidad ha pasado millones de años caminando casi siempre en ayunas; el cuerpo ya considera el hambre como un estado normal.
En cuanto nos alimentamos de forma continua, la sangre se vuelve como si le hubieran vertido pegamento, obstruyendo las vías metabólicas.
Así aparecen la hiperglucemia, el hígado graso, la gota, todos haciendo cola para presentarse, todos ellos medallas por “comer demasiado”.
Mantener la sensación de hambre es el interruptor que activa la vida; ayunar, un 20% es por belleza y un 80% por salud.
A los seres humanos modernos no nos falta nutrición, nos falta hambre. Lo
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