Me gusta visualizar a los osos como miserables babosas espaciales que dejan un rastro de jugo de babosa por donde quiera que van. Son criaturas sucias, llenas de bacterias, que inducen náuseas y que no merecen respeto y se benefician de la miseria y la caída de los demás.
No quieres ser un oso.
Los toros, mientras tanto, provienen de largas y elegantes líneas de ancestros finamente musculosos. Cada generación subsiguiente se apoya en los hombros de sus antepasados, cada uno de los cuales fue el mejor de su clase. El toro se erige con orgullo, desarrolla, crea, arará la tierra, trabaja duro y a
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