¿Por qué la plata se vuelve más peligrosa a medida que sube? Un juego de apalancamiento financiero sin respaldo de los bancos centrales

El precio de la plata ha subido un 110% este año, muy por encima del aumento del oro. Sin embargo, detrás de los futuros que fuerzan posiciones, la escasez de productos físicos y el colapso del sistema en papel, el mercado está experimentando una profunda crisis de confianza y una lucha por el poder en la fijación de precios.
(Resumen anterior: ¡La plata alcanza los 63 dólares y crea un nuevo máximo histórico! Este año ha subido más del 100%, superando ampliamente al oro y Bitcoin, ¿desafiará los 100 dólares el próximo año?)
(Información adicional: ¡La plata supera los 60 dólares y alcanza un máximo histórico! Este año ha subido más del 100%, ocupando el sexto puesto en activos globales)

Índice del artículo

  • La crisis detrás del aumento
  • La presión de los futuros
  • ¿Quién domina el mercado?
  • El sistema en papel se desmorona gradualmente

En diciembre, el protagonista del mercado de metales preciosos no es el oro, sino la plata, que es la luz más llamativa.

Desde los 40 dólares, saltó a 50, 55, 60 dólares, atravesando casi sin control una tras otra las barreras de precios históricos, dejando al mercado sin prácticamente tiempo para respirar.

El 12 de diciembre, la plata en contado alcanzó momentáneamente un máximo histórico de 64.28 dólares por onza, para luego desplomarse abruptamente. Desde principios de año, la plata ha subido casi un 110%, muy por encima del 60% del oro.

Este aumento parece “extremadamente razonable”, pero también resulta especialmente peligroso.

La crisis detrás del aumento

¿Por qué sube la plata?

Porque parece que vale la pena subir.

Desde la perspectiva de las instituciones principales, todo esto es razonable.

Las expectativas de recortes de tasas de la Reserva Federal reavivaron el mercado de metales preciosos, y datos recientes de empleo e inflación débiles han llevado a los inversores a apostar por más recortes en 2026. Como activo altamente flexible, la plata reaccionó con mayor intensidad que el oro.

La demanda industrial también impulsa el movimiento. El crecimiento explosivo en energía solar, vehículos eléctricos, centros de datos y infraestructura de IA hace que las propiedades duales de la plata (metal precioso + metal industrial) se muestren plenamente.

Las reservas globales en disminución constante empeoran aún más la situación. La producción de las minas en México y Perú en el cuarto trimestre no cumplió con las expectativas, y las existencias de plata en los almacenes de los principales mercados han disminuido año tras año.

……

Si solo consideramos estos motivos, la subida del precio de la plata es un “consenso”, incluso una reevaluación tardía del valor.

Pero el peligro está en que:

El aumento de la plata parece razonable, pero no es sólido.

La razón es simple: la plata no es el oro, no tiene la misma confianza generalizada, y le falta la “mano fuerte” del Estado.

El oro se mantiene firme porque los bancos centrales de todo el mundo están comprándolo. En los últimos tres años, las compras globales de oro superaron las 2,3 mil toneladas, y están reflejadas en los balances nacionales, extendiendo la credibilidad soberana.

La plata es diferente. Las reservas de oro de los bancos centrales superan las 36,000 toneladas, mientras que las reservas oficiales de plata son casi nulas. Sin respaldo de los bancos centrales, en momentos de volatilidad extrema, la plata carece de estabilizadores sistémicos y se convierte en un activo “isla”.

La diferencia en profundidad de mercado es aún más marcada. El volumen diario de oro en transacciones ronda los 150 mil millones de dólares, mientras que en plata solo 5 mil millones. Comparar la plata con el Océano Pacífico, la plata sería como el lago Poyang.

Es un mercado pequeño, con pocos creadores de mercado, poca liquidez y reservas físicas limitadas. Lo más importante es que la mayor parte del comercio de plata no es en forma física, sino en “plata en papel”, dominada por futuros, derivados y ETFs.

Se trata de una estructura peligrosa.

Las aguas poco profundas pueden volcar fácilmente una embarcación, y cuando grandes fondos entran de repente, alteran toda la superficie.

Y justo esto es lo que ha ocurrido este año: una entrada repentina de capital, que ha impulsado rápidamente un mercado que ya no era muy profundo, y ha elevado los precios por encima de la tierra.

La presión de los futuros

Lo que ha desviado la plata de su trayectoria no son los fundamentos aparentemente razonables, sino que la “guerra de precios” real está en el mercado de futuros.

Normalmente, el precio de la plata en contado debería estar ligeramente por encima del precio de futuros, lo cual es fácil de entender: mantener plata física implica costos de almacenamiento y seguros, mientras que los futuros son solo un contrato, generalmente más barato. Esta diferencia se llama “contango”.

Pero desde el tercer trimestre de este año, esa lógica se invirtió.

Los precios de futuros comenzaron a estar sistemáticamente por encima de los precios en contado, y la diferencia se agranda cada vez más. ¿Qué significa esto?

Alguien está impulsando los precios de los futuros de manera frenética. Este fenómeno de “contango” en futuros generalmente solo aparece en dos casos: o el mercado es extremadamente optimista respecto al futuro, o alguien está forzando posiciones.

Considerando que la mejora en los fundamentos de la plata es gradual, y que la demanda en energía solar y renovables no se dispara en meses, ni la producción minera se agotará de repente, la actuación agresiva en futuros parece más cercana a la segunda opción: hay fondos empujando el precio de futuros hacia arriba.

Una señal aún más peligrosa viene de las irregularidades en el mercado de entrega física.

Los datos del mercado de metales preciosos más grande del mundo, COMEX (Bolsa de Comercio de Nueva York), muestran que la proporción de entregas físicas en futuros de metales preciosos es inferior al 2%, mientras el 98% restante se liquida en efectivo en dólares o mediante prórrogas de contratos.

Sin embargo, en los últimos meses, las entregas físicas de plata en COMEX se han disparado, superando ampliamente el nivel histórico. Cada vez más inversores ya no confían en la “plata en papel” y exigen retirar lingotes reales.

Los fondos ETF de plata también muestran fenómenos similares. Con un volumen enorme de fondos entrando, algunos inversores comienzan a retirar y a solicitar la entrega física en lugar de participaciones del fondo. Este tipo de “corrida” pone presión sobre las reservas de lingotes en los ETF.

Este año, en los tres principales mercados de plata, en COMEX, LBMA en Londres y en la Bolsa de Metales de Shanghái, han ocurrido corridas similares.

Datos de Wind indican que en la semana del 24 de noviembre, las existencias de plata en la Bolsa de Shanghái cayeron 58.83 toneladas, hasta 715.875 toneladas, alcanzando un mínimo desde julio de 2016. Las existencias en COMEX pasaron de 16,5 mil toneladas a 14,1 mil, una caída del 14%.

La causa también es comprensible: en un ciclo de baja tasas de interés en dólares, la gente no quiere liquidar en dólares, y otra preocupación invisible es que los mercados puedan no tener suficiente plata física para entregas.

El mercado moderno de metales preciosos es un sistema altamente financiero, donde la mayoría de la “plata” no es más que cifras en libros, con lingotes reales que se hipotecan, toman en préstamo y derivan en todo el mundo. Una onza de plata física puede corresponder a varias docenas de derechos en papel.

Tomemos a un comerciante experimentado, Andy Schectman, en Londres. La LBMA tiene solo 140 millones de onzas de oferta flotante, pero el volumen diario de transacciones alcanza las 600 millones de onzas. Sobre esas 140 millones, existen derechos en papel por más de 2,000 millones de onzas.

Este sistema de “reserva fraccionaria” funciona bien en condiciones normales, pero cuando todos quieren la entrega física, la liquidez del sistema puede colapsar.

Cuando aparece la sombra de la crisis, los mercados financieros parecen tener una reacción extraña, conocida como “cortar la conexión de Internet”.

El 28 de noviembre, CME sufrió una caída de casi 11 horas debido a un “problema de refrigeración en su centro de datos”, estableciendo el récord de interrupción más larga, lo que impidió la actualización normal de los contratos de futuros de oro y plata.

Curiosamente, esta caída ocurrió en un momento clave, cuando la plata en contado rompió los 56 dólares y los futuros de plata superaron los 57 dólares.

Se rumorea que la interrupción fue para proteger a los creadores de mercado de productos que podrían tener pérdidas sustanciales en condiciones de riesgo extremo.

Posteriormente, el operador de centros de datos CyrusOne declaró que la interrupción se debió a un error humano, alimentando aún más las teorías conspirativas.

En resumen, esta dinámica dominada por la presión de los futuros predestina la extrema volatilidad del mercado de plata, que en realidad ha dejado de ser un activo de refugio tradicional para convertirse en un activo de alto riesgo.

¿Quién domina el mercado?

En esta gran obra de forzar posiciones, hay un nombre que no se puede ignorar: JPMorgan Chase.

La razón es simple: es conocido internacionalmente como el principal “domador” de la plata.

Durante al menos ocho años, desde 2008 hasta 2016, JPMorgan Chase manipuló los precios del oro y la plata a través de sus operadores.

Su método era sencillo y brutal: hacer órdenes masivas de compra o venta en el mercado de futuros para crear una falsa percepción de oferta y demanda, inducir a otros operadores a seguir la tendencia, y luego cancelar las órdenes en el último momento para obtener beneficios de la volatilidad.

Esta técnica, llamada “spoofing” o manipulación mediante engaño, le costó a JPMorgan un multa de 920 millones de dólares en 2020, que fue una de las mayores multas a nivel mundial en este ámbito.

Pero los trucos de manipulación más impactantes no terminan ahí.

Por un lado, JPMorgan manipula el precio de la plata en papel mediante ventas en corto y operaciones engañosas en el mercado de futuros, y por otro, compra en gran volumen en el mercado físico en los precios bajos que crea.

Desde que la plata alcanzó cerca de 50 dólares en 2011, JPMorgan comenzó a acumular plata en sus almacenes en el mercado de COMEX, y a medida que otras grandes instituciones reducían sus posiciones, JPMorgan aumentaba su participación, llegando a tener hasta el 50% del total de reservas de plata en COMEX.

Esta estrategia aprovecha las deficiencias estructurales del mercado de plata: el precio en papel domina al precio físico, y JPMorgan, que puede influir en ambos, es uno de los mayores tenedores de plata física.

¿Y qué papel juega JPMorgan en esta ronda de manipulación?

A simple vista, parece que JPMorgan ha “arreglado” las cosas. Tras su acuerdo de conciliación en 2020, implementó reformas regulatorias, incluyendo la contratación de cientos de nuevos oficiales de cumplimiento.

No hay evidencia concluyente de que JPMorgan participe en la manipulación de posiciones cortas, pero en el mercado de plata, todavía mantiene una influencia decisiva.

Según los datos más recientes del 11 de diciembre de CME, JPMorgan posee aproximadamente 196 millones de onzas de plata en el sistema COMEX (en operaciones propias y a través de brokers), representando casi el 43% del total en inventario.

Además, JPMorgan también actúa como custodio del ETF de plata (SLV), con una posesión hasta noviembre de 2025 de 517 millones de onzas de plata, valoradas en 321 mil millones de dólares.

Lo más importante es que, en la parte de plata “eligible” (que cumple con los requisitos para entrega pero aún no está registrada como entregable), JPMorgan controla más de la mitad del volumen.

Actualmente, solo alrededor del 30% del inventario total de plata está en la categoría “registrada” para entrega, y en el caso de las “eligibles”, la concentración en unas pocas instituciones significa que la estabilidad del mercado de futuros de plata depende en realidad de las decisiones de unos pocos nodos clave.

El sistema en papel se desmorona gradualmente

Si tuviera que describir el estado actual del mercado de plata en una sola frase, sería:

El mercado continúa, pero las reglas han cambiado.

El mercado ha experimentado una transformación irreversible, y la confianza en el “sistema en papel” de la plata se está desmoronando.

La plata no es un caso aislado; en el mercado del oro, también se están produciendo cambios similares.

Las existencias de oro en la Bolsa de Nueva York siguen disminuyendo, y las reservas de oro registradas (Registered) han tocado mínimos, obligando a la bolsa a movilizar oro de las categorías “eligible” (que aún no están registradas para entrega).

A nivel global, una migración silenciosa está en marcha.

Durante más de una década, la tendencia en los principales activos financieros ha sido una alta financiarización: ETF, derivados, productos estructurados, instrumentos apalancados, todo puede ser “securitizado”.

Ahora, cada vez más fondos están saliendo de estos activos financieros, y buscan activos físicos que no dependan de intermediarios financieros ni de respaldo crediticio, siendo los ejemplos más claros el oro y la plata.

Los bancos centrales continúan comprando oro de forma masiva, casi sin excepciones en forma física. Rusia ha prohibido la exportación de oro, y países occidentales como Alemania y Países Bajos están reclamando que se les devuelva el oro almacenado en el extranjero.

La liquidez está cediendo terreno a la certeza.

Cuando el suministro de oro no pueda satisfacer la enorme demanda física, el mercado empieza a buscar sustitutos, y la plata se vuelve la opción natural.

La esencia de esta tendencia hacia lo físico es un dólar débil, en un contexto de desglobalización, en la lucha por el control de la fijación de precios monetarios.

Según un informe de Bloomberg de octubre, el oro global se está desplazando del oeste hacia el este.

Datos del CME y de la LBMA muestran que desde finales de abril, más de 527 toneladas de oro han salido de las bóvedas de Nueva York y Londres, los mayores mercados occidentales, mientras que las importaciones de oro en países asiáticos como China han aumentado, alcanzando en agosto un récord de cuatro años.

Para adaptarse a estos cambios, JPMorgan anunció que para finales de noviembre de 2025 trasladará su equipo de comercio de metales preciosos de EE.UU. a Singapur.

El aumento del oro y la plata refleja el regreso al patrón oro. Aunque a corto plazo puede parecer poco realista, lo que sí está claro es que: quien tenga más activos físicos, tendrá mayor poder de fijación de precios.

Cuando la música pare, solo quienes tengan oro y plata en mano podrán sentarse tranquilamente.

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