¿Alguna vez te has preguntado por qué las economías en desarrollo están apostando todo por las criptomonedas?

Un antiguo fundador de un exchange compartió recientemente una historia poderosa en una importante reunión del sector el pasado diciembre. Cuando le preguntaron sobre el papel de las criptomonedas en lugares como Perú, recordó el emotivo mensaje de un usuario. Antes de 2017, esa persona se veía obligada a lidiar con barreras financieras tradicionales que convertían las transacciones transfronterizas en una pesadilla.

La carta destacaba algo crucial: para millones de personas en mercados emergentes, los activos digitales no son solo herramientas de especulación. Son salvavidas. La limitada infraestructura bancaria, la inestabilidad monetaria y las altísimas comisiones de remesas crean problemas reales que las soluciones basadas en blockchain abordan directamente.

Esta narrativa captura a la perfección por qué los patrones de adopción son tan diferentes según la geografía. Mientras los mercados desarrollados debaten marcos regulatorios, las comunidades de América Latina, el sudeste asiático y África ya están utilizando criptomonedas para resolver problemas cotidianos: desde preservar el valor de los ahorros hasta acceder a oportunidades globales que antes estaban bloqueadas tras los muros institucionales.