Perspectivas para la evolución del Bitcoin entre finales de 2025 y 2026: volatilidad a corto plazo para formar suelo, oportunidad alcista bajo un relato de relajación monetaria a largo plazo



A finales de 2025, el panorama de la liquidez macro global experimentará varios cambios clave: aumento de las expectativas de subida de tipos del yen, bajadas de tipos y fin del ajuste cuantitativo por parte de la Fed, y una reconfiguración de los mercados de divisas y oro. Bajo la interacción de múltiples variables, el mercado de Bitcoin mostrará una evolución en tres fases: “fuerte volatilidad a corto plazo, consolidación y recuperación a medio plazo, y tendencia alcista a largo plazo”. Este artículo, combinando el contexto macroeconómico central y la lógica de mercado, desglosa la evolución y los factores clave del Bitcoin desde diciembre de 2025 hasta 2026.

I. Contexto macroeconómico central (diciembre de 2025): la reconfiguración de la liquidez domina las expectativas del mercado

1. Subida de tipos del yen: desencadena un endurecimiento de la liquidez global a corto plazo

El mercado anticipa que el Banco de Japón iniciará el 19 de diciembre una subida de tipos de 25 puntos básicos, elevando la tasa de interés de referencia al 0,75%, y que en 2026 continuará subiéndola, probablemente hasta el 1%. Esta tendencia encarecerá el coste de financiación en yenes, provocando el cierre masivo de operaciones de carry trade a nivel global. Hasta ahora, los mercados han aprovechado el bajo coste del yen para invertir en activos globales de alto rendimiento como Bitcoin, pero el aumento del coste de financiación forzará una retirada masiva de capitales de los activos de riesgo, generando un endurecimiento de la liquidez global a corto plazo, convirtiéndose en el principal factor de impacto inmediato del mercado.

2. Reserva Federal: ciclo de relajación continua, alivio de la presión de liquidez

La Fed ha recortado los tipos en 25 puntos básicos en septiembre y octubre, situando el rango de política monetaria en el 3,75%-4,00%, y la probabilidad de una bajada en diciembre se eleva al 80%, reforzando las expectativas de relajación. Lo más importante es que, desde el 1 de diciembre, la Fed detiene oficialmente el ajuste cuantitativo, mejorando el entorno de liquidez previamente restringido y proporcionando un apoyo clave para la recuperación de los activos de riesgo a medio plazo.

3. Divisas y oro: influencia en el sentimiento del mercado de Bitcoin

Con la subida de tipos del yen y la relajación de la Fed, el mercado de divisas muestra una “apreciación del yen y presión bajista sobre el índice dólar”; el oro, por su parte, presenta un comportamiento de primero caer y luego repuntar: en el corto plazo se ve presionado por el cierre de carry trades, el retorno de capital al yen y el aumento del coste de oportunidad, pero a medio plazo se beneficia de la debilidad del dólar y un aumento de la aversión global al riesgo. Su evolución se correlaciona con el carácter refugio y de cobertura frente a la inflación de Bitcoin, convirtiéndose en una referencia clave para observar la predisposición al riesgo del mercado.

II. Análisis de la evolución en tres fases de Bitcoin (diciembre de 2025—2026)

1. Corto plazo: de diciembre a enero de 2026, fuerte volatilidad y búsqueda de suelo

El principal conflicto a corto plazo es el impacto de liquidez generado por el cierre de carry trades en yenes. El capital apalancado buscará recuperar yenes vendiendo preferentemente activos de riesgo líquidos como Bitcoin; sumado a la reducción del apetito por el riesgo a nivel global, es probable que Bitcoin experimente caídas rápidas del 5%-15%, con una zona clave de soporte entre 78.000 y 85.000 dólares.

En cuanto al ritmo, en torno a la decisión del Banco de Japón del 19 de diciembre, la volatilidad aumentará significativamente. Tanto la especulación previa como el cierre de posiciones posterior intensificarán las oscilaciones de precio; además, si la bajada de tipos de la Fed en diciembre queda por debajo de las expectativas del mercado, la aversión al riesgo aumentará y podría provocar una segunda caída de Bitcoin.

Hay que estar atentos a la incertidumbre en la escala y el ritmo de los cierres de carry trades. Si provocan una contracción de liquidez, la caída de Bitcoin podría superar las previsiones.

2. Medio plazo: febrero—junio de 2026, recuperación y alza de rango

A medio plazo, el entorno de liquidez global mejorará gradualmente, convirtiéndose en el principal motor para la estabilización y recuperación de Bitcoin. Por un lado, la Fed continuará bajando tipos y el ajuste cuantitativo habrá terminado, aumentando la relajación de la liquidez en dólares; por otro, tras reducirse el diferencial de tipos entre EE.UU. y Japón, la presión sobre los carry trades en yenes irá disminuyendo, permitiendo que el capital regrese a los activos de riesgo y apoye la estabilización progresiva de Bitcoin.

En esta fase, Bitcoin entrará en un canal de recuperación y consolidación, desplazando su rango central hacia los 90.000—110.000 dólares. Entre febrero y marzo predominará la recuperación paulatina, a medida que el mercado digiere el impacto de liquidez de corto plazo; entre abril y junio, con el aumento de las expectativas de halving, el sentimiento de mercado mejorará, la volatilidad aumentará, pero la tendencia general será alcista.

Factores que pueden limitar el alza son una aceleración imprevista de las subidas de tipos en Japón o un repunte inesperado de los rendimientos de los bonos estadounidenses, lo que reduciría la predisposición a asignar capital a activos de riesgo y limitaría el potencial alcista de Bitcoin.

3. Largo plazo: a partir del segundo semestre de 2026, tendencia alcista y ataque a máximos históricos

A largo plazo, Bitcoin se beneficiará de la doble lógica de “relajación monetaria + mejora de la oferta y demanda”, iniciando un ciclo de tendencia alcista. Por un lado, el ciclo de bajada de tipos de la Fed se profundizará, los tipos reales globales descenderán y la función de Bitcoin como cobertura frente a la inflación y refugio cobrará aún más relevancia, convirtiéndose en una opción clave para cubrir el riesgo macroeconómico; por otro, tras el halving, el ritmo de crecimiento de la oferta de Bitcoin se reducirá sensiblemente, optimizando la relación oferta-demanda y constituyendo el principal apoyo para la subida de precios.

Se prevé que, a partir del segundo semestre de 2026, Bitcoin irá avanzando hacia la franja de 120.000—150.000 dólares, con posibilidades de desafiar los máximos históricos. Sin embargo, la evolución a largo plazo seguirá enfrentando incertidumbres: una intensificación de la regulación sobre criptomonedas por parte de la SEC estadounidense o una recesión económica global más severa de lo esperado podrían retrasar la tendencia alcista.

III. Lógica central y variables clave: entender la estructura del movimiento de Bitcoin

1. Lógica central: la base de la evolución en tres fases

La evolución de Bitcoin entre finales de 2025 y 2026 sigue la lógica de “corto plazo condicionado por la liquidez, medio plazo por el ritmo de relajación, largo plazo por la oferta-demanda y los tipos de interés”: a corto plazo, el cierre de carry trades en yenes lidera el impacto de liquidez; a medio plazo, la política acomodaticia de la Fed impulsa el retorno de capital; a largo plazo, la mejora en la oferta y demanda por el halving y la bajada de los tipos reales globales generan un efecto sinérgico.

2. Variables clave: determinan el ritmo y la magnitud de la evolución

1. Ruta de subidas de tipos del Banco de Japón: clave vigilar si la subida de diciembre supera las expectativas y si en 2026 se supera el objetivo del 1%; esto afecta directamente a la escala de cierre de carry trades y el endurecimiento de la liquidez global.

2. Ritmo de bajadas de tipos de la Fed: importante observar si en 2026 se alcanza el rango neutral del 3,0%—3,25% según lo previsto; la intensidad de la relajación determinará la velocidad del retorno de capital a medio plazo.

3. Riesgo de liquidez global: cuidado con el riesgo sistémico de liquidez derivado del cierre de carry trades; si el riesgo se traslada a los mercados financieros globales, podría alterar el ritmo de recuperación de Bitcoin.

4. Regulación y flujos de capital en ETFs: la evolución de la regulación estadounidense sobre criptomonedas y los flujos netos de los ETFs de Bitcoin afectan directamente la disposición de los inversores institucionales, constituyendo un factor clave de apoyo o freno a la tendencia de largo plazo.
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