Recientemente ha salido a la luz un escándalo impactante: el Departamento de Justicia de Estados Unidos ha acusado directamente a sus propios agentes.
¿Quiénes son los acusados? Paul Campo, un veterano agente de la DEA con 25 años de experiencia, y su compañero Robert Sensi. Estos dos no estaban capturando narcotraficantes, sino que trabajaban directamente para el Cártel Jalisco Nueva Generación de México.
En la acusación se detalla claramente: aceptaron ayudar al cártel a blanquear 12 millones de dólares en dinero sucio, y ya han conseguido transferir unos 750.000. Lo más increíble es que también ayudaron a adquirir armas y explosivos de grado militar.
Un agente de alto rango que ha trabajado más de veinte años en el sistema, acaba cayendo por algo así. La verdad, estos infiltrados internos son más peligrosos que los criminales externos: conocen perfectamente cómo eludir los controles. El blanqueo de dinero, en sus manos, probablemente sea mucho más profesional que en las de un delincuente común.
Ahora el caso ya está en proceso judicial; habrá que ver cuál es la sentencia final.
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RamenStacker
· 12-07 03:16
Al final, siempre hay alguien peor que el malvado.
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MEV_Whisperer
· 12-07 03:14
El enemigo interno es el más temible.
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MEVHunterNoLoss
· 12-07 03:07
¿Quién perdió con la eliminación precisa de los infiltrados?
Recientemente ha salido a la luz un escándalo impactante: el Departamento de Justicia de Estados Unidos ha acusado directamente a sus propios agentes.
¿Quiénes son los acusados? Paul Campo, un veterano agente de la DEA con 25 años de experiencia, y su compañero Robert Sensi. Estos dos no estaban capturando narcotraficantes, sino que trabajaban directamente para el Cártel Jalisco Nueva Generación de México.
En la acusación se detalla claramente: aceptaron ayudar al cártel a blanquear 12 millones de dólares en dinero sucio, y ya han conseguido transferir unos 750.000. Lo más increíble es que también ayudaron a adquirir armas y explosivos de grado militar.
Un agente de alto rango que ha trabajado más de veinte años en el sistema, acaba cayendo por algo así. La verdad, estos infiltrados internos son más peligrosos que los criminales externos: conocen perfectamente cómo eludir los controles. El blanqueo de dinero, en sus manos, probablemente sea mucho más profesional que en las de un delincuente común.
Ahora el caso ya está en proceso judicial; habrá que ver cuál es la sentencia final.