Aquí hay algo que la mayoría pasa por alto: los tokens suelen alcanzar sus grandes hitos mientras todos miran hacia otro lado.

Toma KABUTO, por ejemplo: superó los 10M de capitalización de mercado antes de que siquiera empezaran los rumores. ¿FRANKLIN? La misma historia, superó los 8M cuando casi nadie estaba prestando atención. El patrón es claro si te fijas.

Aquí va una verdad incómoda: cuando ese influencer al que sigues empieza a promocionar “esta moneda va a llegar a 10M”, probablemente ya llegas tarde a la fiesta. Las estadísticas sugieren que hay un 80% de probabilidad de que el verdadero movimiento ya haya ocurrido.

Las primeras ganancias son para quienes rastrean el impulso silencioso, no los titulares. Cuando algo se convierte en el tema de conversación del momento, la relación riesgo-recompensa ya suele haberse invertido. El dinero inteligente se mueve en silencio; la multitud llega cuando es hora de salir.