Estos días, los veteranos de BTC y ETH están observando la misma señal: tras dos velas alcistas consecutivas, de repente el mercado se muestra débil y el volumen de negociación también se reduce. ¿Crees que esto es acumulación de fuerza? Puede que solo estén dejando espacio para los que van a quedarse atrapados.

La noticia de la bajada de tipos de interés de 25 puntos básicos ya llevaba una semana descontada por el mercado. El verdadero quebradero de cabeza es: ¿habrá bajada en diciembre o no? Y aunque la haya, ¿será suficiente para saciar el apetito de estos especuladores malacostumbrados?

¿Recuerdas la bajada de septiembre? El mismo día que se anunció, ETH se desplomó un 12%, y todos los alcistas que habían entrado antes quedaron completamente atrapados. La historia nunca se repite exactamente igual, pero tiene un defecto: le gusta hacer tropezar a la misma gente en los mismos sitios.

Ahora mismo estamos en una posición muy delicada. Las buenas noticias ya se han explotado al máximo, y las expectativas del fin del ajuste cuantitativo en diciembre ya se han descontado por completo. Pero si los datos decepcionan, o si Powell suelta un par de frases de “cautela” en la rueda de prensa, la estampida puede llegar antes de lo que imaginas.

En el mundo cripto hay un viejo dicho que lo resume bien: compra el rumor, vende la noticia. Ahora la expectativa ya está al máximo y los hechos están a punto de revelarse. En este momento lo más peligroso no es la mala noticia en sí, sino que “no hay nuevas historias que contar”.

Las próximas 48 horas serán decisivas. Los prudentes ya han reducido su exposición por debajo del 30%, los agresivos están vigilando los soportes para comprar en caída, y los peores parados son los que ni se atreven a salir ni tienen una estrategia clara: cuando el mercado se mueva, su psicología será la primera en romperse.

Si quieres ganar dinero en un momento así, no basta con entender el mercado, sino con posicionarte bien de antemano. Ahora solo queda una cosa por hacer: esperar. Esperar a que salgan los datos, a que se libere la tensión, y a que aparezca la verdadera oportunidad.

Bailar sobre la punta del cuchillo, se puede. Pero no bailes descalzo.