¿El Banco de Japón va a intervenir de nuevo? Esta vez puede que realmente haya que tener cuidado.

Si repasamos los libros de historia, las subidas de tipos del yen nunca han sido una broma. Aquella maniobra del año 2000 pinchó directamente la burbuja de las puntocom y dejó los mercados financieros globales sumidos en el caos; en 2007 y 2008, otra ronda y estalló por completo la crisis de las hipotecas subprime. En ambas ocasiones el Nasdaq no lo soportó y acabó hecho trizas. El pasado julio, con una subida de tipos tentativa, el Nasdaq se desplomó un 15%, y ahora circulan rumores de que podría haber movimientos este mes — y no olvidemos que la burbuja actual de la IA es tan grande o más que la de internet en su día.

Aún más preocupante es el tema del arbitraje de capitales. Durante los últimos treinta años, el yen ha permanecido prácticamente a tipo cero, y cuántas instituciones y fondos de cobertura han aprovechado para endeudarse en yenes e invertir en activos denominados en dólares. Se estima que hay un apalancamiento acumulado de entre 5 y 10 billones de dólares. Si se confirma la subida de tipos, ese dinero inevitablemente regresará a Japón; esto es un ejemplo típico de drenaje de liquidez.

Ahora el Nasdaq, el oro y la deuda pública estadounidense están en fase de corrección y volatilidad, y si el yen mete otra puñalada, el mercado puede desangrarse aún más rápido. Las criptomonedas, aunque presuman de descentralización, tampoco se salvan cuando el entorno global se derrumba: en cuanto se restringe la liquidez, los activos de alto riesgo son los primeros en caer.

Anoche abrí una posición corta en torno a 92599 y esta mañana al despertar tenía una ganancia flotante de 1662u. A partir de ahora toca vigilar de cerca lo que diga el Banco de Japón, porque esta oleada de impactos macroeconómicos apenas está empezando a transmitirse.