La reunión a puerta cerrada a las dos de la madrugada rompió con cuarenta años de prácticas habituales de la Reserva Federal. Una decisión relámpago en una hora hizo que los mercados de capitales globales estallaran al instante, y el sector cripto entró en un estado de euforia colectiva durante la noche.
Las señales que emite esta repentina reunión de "nivel crisis" son mucho más complejas de lo que aparentan. La batalla por la magnitud de la bajada de tipos está al rojo vivo: ¿50 o 75 puntos básicos? Las apuestas del mercado muestran una divergencia sin precedentes, lo que refleja el inminente cambio radical en el panorama de liquidez. Más interesante aún, los "smart money" ya han realizado movimientos anticipados por valor de 29.400 millones de dólares; para los entendidos, es evidente que se está gestando un apoyo de liquidez a mayor escala.
Dos reuniones a puerta cerrada en dos días, alarmas encendidas en el mercado de repos, movimientos frenéticos de rotación de carteras por parte de las instituciones: nada de esto se explica con operaciones normales. El riesgo sistémico podría estar ya cerca del punto crítico y es necesario actuar con rapidez. Tomar una decisión en una hora es algo que he visto en contadas ocasiones en mis años siguiendo a la Reserva Federal, lo que indica que la situación es tan urgente que no admite el más mínimo retraso.
Los detalles de la reacción del mercado son aún más reveladores. Antes de la apertura de Wall Street, las empresas relacionadas con la minería cripto y los sectores vinculados al ecosistema se teñían de verde, replicando casi al milímetro el guion previo a la última gran subida del mercado. El patrón clásico de "calentamiento bursátil y relevo cripto" es algo que en Wall Street dominan a la perfección. Los flujos de capital ya han dado una señal clara: la cuestión no es si llegará, sino cuándo estallará por completo.
Tras ocho años vigilando los mercados, sé que este tipo de anomalías suele anunciar el punto de inflexión de un gran ciclo. Una vez que se abre la compuerta de la liquidez, el sentimiento del mercado se propaga a todos los sectores a una velocidad mucho mayor de la esperada.
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La reunión a puerta cerrada a las dos de la madrugada rompió con cuarenta años de prácticas habituales de la Reserva Federal. Una decisión relámpago en una hora hizo que los mercados de capitales globales estallaran al instante, y el sector cripto entró en un estado de euforia colectiva durante la noche.
Las señales que emite esta repentina reunión de "nivel crisis" son mucho más complejas de lo que aparentan. La batalla por la magnitud de la bajada de tipos está al rojo vivo: ¿50 o 75 puntos básicos? Las apuestas del mercado muestran una divergencia sin precedentes, lo que refleja el inminente cambio radical en el panorama de liquidez. Más interesante aún, los "smart money" ya han realizado movimientos anticipados por valor de 29.400 millones de dólares; para los entendidos, es evidente que se está gestando un apoyo de liquidez a mayor escala.
Dos reuniones a puerta cerrada en dos días, alarmas encendidas en el mercado de repos, movimientos frenéticos de rotación de carteras por parte de las instituciones: nada de esto se explica con operaciones normales. El riesgo sistémico podría estar ya cerca del punto crítico y es necesario actuar con rapidez. Tomar una decisión en una hora es algo que he visto en contadas ocasiones en mis años siguiendo a la Reserva Federal, lo que indica que la situación es tan urgente que no admite el más mínimo retraso.
Los detalles de la reacción del mercado son aún más reveladores. Antes de la apertura de Wall Street, las empresas relacionadas con la minería cripto y los sectores vinculados al ecosistema se teñían de verde, replicando casi al milímetro el guion previo a la última gran subida del mercado. El patrón clásico de "calentamiento bursátil y relevo cripto" es algo que en Wall Street dominan a la perfección. Los flujos de capital ya han dado una señal clara: la cuestión no es si llegará, sino cuándo estallará por completo.
Tras ocho años vigilando los mercados, sé que este tipo de anomalías suele anunciar el punto de inflexión de un gran ciclo. Una vez que se abre la compuerta de la liquidez, el sentimiento del mercado se propaga a todos los sectores a una velocidad mucho mayor de la esperada.