¿Qué tan loca está el mercado ahora? Te lo digo con una cifra: 94%.

Ese es el porcentaje, casi una certeza absoluta: el volumen apostado en Polymarket al "recorte de tipos de interés de la Fed de 25 puntos básicos en diciembre" ya ha alcanzado los 260 millones de dólares. Todos apuestan en la misma dirección, todos creen que han anticipado la "buena noticia".

Pero aquí está el problema.

Cuando una expectativa se infla hasta el 94%, cuando todas las instituciones, ballenas e incluso minoristas ya han tomado posiciones, ¿cuánta fuerza le queda a esa "buena noticia"? La respuesta puede incomodar: muy probablemente, en el momento del anuncio oficial, su valor ya se habrá exprimido al máximo.

El guion clásico es así: antes de que se confirme la noticia, el mercado se dispara, generando una atmósfera de "esto está a punto de despegar". ¿Y el día que llega la confirmación? Suele ser el mejor momento para que los que ya tienen ganancias salgan del mercado. Por eso en Wall Street se dice: "compra el rumor, vende la noticia". Si entras ahora, probablemente no estés esperando una subida, sino sirviéndole de soporte a quienes ya se posicionaron antes.

Entonces, ¿qué debe hacer el pequeño inversor?

**Primero, no seas el combustible de la euforia.** Cuanto más frenético esté el mercado, más tranquilo debes estar. No persigas precios altos, sobre todo en activos cuyo potencial ya esté descontado.

**Segundo, observa los movimientos, no los eslóganes.** Vigila si BTC y ETH realmente consiguen romper máximos con volumen. Si solo fluctúan levemente aprovechando la noticia, mantente alerta. La entrada real de liquidez siempre se nota con rupturas claras, no ambiguas.

**Tercero, divide tu munición en tres partes.** En este punto, solo conviene probar con una posición muy pequeña y siempre con stop-loss. Guarda la mayor parte para dos momentos: o bien cuando el mercado caiga por el "vende la noticia" y haya pánico; o bien cuando, tras la bajada de tipos, veas señales claras de entrada sostenida de capital.

Recuerda, cuando todos conocen un "secreto", deja de serlo. El mercado siempre castiga a los que reaccionan tarde y recompensa a quienes se atreven a pensar en contra de la corriente.