Anoche el círculo cripto explotó: las stablecoins se convirtieron de repente en el blanco de todas las críticas.

Dos noticias cayeron casi al mismo tiempo: en China continental, varios organismos han comenzado una campaña severa contra las actividades relacionadas con las stablecoins. Solo este año ya se han abierto cientos de casos, con volúmenes de capital descomunales. Aquellos "canales grises" de antes, ahora prácticamente han desaparecido.

En Hong Kong han sido aún más duros. ¿Pequeños inversores quieren operar con USDT? Olvídalo. La nueva regulación ha puesto el listón por las nubes: solo inversores profesionales que cumplan con requisitos extremadamente estrictos podrán participar. ¿Solicitar licencia? Hay que preparar un capital desembolsado astronómico y una reserva de liquidez al 100%, y de momento ninguna entidad ha conseguido pasar el corte. Está claro que la intención es dejar fuera a la gente común.

Viendo las medidas de ambos lados, la lógica es evidente: por un lado se cierran caminos, por otro se levantan muros. Los fondos empiezan a buscar "zonas seguras", y de repente los canales respaldados y regulados se han convertido en lo más codiciado.

¿Las reglas del juego están a punto de cambiar por completo?

Para la gente de a pie, quizás sea momento de replantearse cómo gestionar sus posiciones. Aquellos días de crecimiento salvaje ya no volverán; ahora, las palabras cumplimiento y prudencia pesan más que nunca.

¿Crees que esto es solo un dolor temporal o el inicio de una nueva era?