Hay algo especial cuando detectas un proyecto que realmente se preocupa por la longevidad. No del tipo pump-and-dump, sino de los que cuidan cada detalle para quedarse.

¿Y lo mejor? Cuando has estado con ellos desde el primer día.

Hablo de los primeros días: escribiendo hilos, investigando a fondo, quizás incluso aportando ideas durante el desarrollo. Ahí es cuando sabes que es real. Eso es convicción. O quizá solo fe ciega, depende de a quién preguntes.

Avanzamos hasta el día del TGE. Todo ese tiempo, todas esas conversaciones... llevaron hasta aquí. El equipo cumplió. La visión se mantuvo.

No todas las apuestas salen así. Pero cuando ocurre, es diferente. Recuerdas por qué creíste en primer lugar: no por las promesas, sino porque los desarrolladores realmente estuvieron presentes cada día.

Esa es la parte dura que la mayoría no ve. La parte sin glamour donde la convicción se pone a prueba. Y de alguna manera, verlo todo desde el primer día hace que todo valga la pena.