En los últimos tres días ha ocurrido algo bastante interesante.

Tres gigantes financieros que gestionan decenas de billones de dólares han dado, casi al mismo tiempo, nuevos pasos en el sector cripto. El momento también es intrigante: justo después del desplome de BTC y de un montón de altcoins. Mientras el mercado lloraba, este "dinero viejo" empezó a entrar discretamente.

**Primero, hablemos de Vanguard, ese dinosaurio**

Esta gestora de fondos, que administra 11 billones de dólares en activos, solía mantener las criptomonedas a distancia, casi como si fueran intocables. Pero ahora, de repente, han abierto el acceso a la negociación de ETFs cripto, permitiendo a sus clientes comprar productos relacionados de BlackRock directamente en su plataforma.

Aunque Vanguard aún no ha lanzado sus propios productos, este cambio de actitud ya dice mucho. ¿Incluso los más conservadores están empezando a reconocer este mercado? Es probable que pronto veamos más capital esperando en la barrera entrando poco a poco.

**Bank of America es aún más directo**

Tienen previsto empezar, a partir de enero del próximo año, a recomendar formalmente a sus clientes que asignen entre el 1% y el 4% de sus activos a criptomonedas.

¿Qué significa esto? Que los criptoactivos dejan de ser "productos especulativos de alto riesgo" para convertirse oficialmente en parte de la asignación de riqueza tradicional. Antes, los inversores institucionales dudaban si tocar o no este mercado; ahora, incluso el manual de inversión te incluye la proporción recomendada.

Lo más relevante es que esta estrategia coincide, básicamente, con el discurso de BlackRock, Fidelity, Morgan Stanley y otros grandes bancos. El reconocimiento colectivo de los criptoactivos por parte de la banca tradicional se está acelerando.

Cuando el mercado cae, ¿qué hacen las instituciones? Están posicionándose.