Anoche, Ethereum nos dio una doble sorpresa: explosión tanto tecnológica como de mercado.

A primeras horas de la madrugada, la 17ª actualización de la red principal, llamada "Fusaka", se puso en marcha oficialmente. Esta vez no es algo cualquiera: apenas han pasado 7 meses desde la actualización Pectra de mayo de este año, y Ethereum ha reducido a la mitad el ritmo tradicional de “gran actualización anual”, pasando a realizar un hard fork cada seis meses. Desde Consensys ya han dejado claro que, de ahora en adelante, mantendrán este ritmo y no volverán a las actualizaciones lentas y relajadas.

El precio del token tampoco se ha quedado atrás. ETH rompió directamente la barrera de los 3.200 dólares y ahora sigue oscilando cerca de ese nivel. La mejora técnica, junto con el repunte del precio, ha encendido realmente el ánimo del mercado.

Echando la vista atrás, desde la fusión de 2022, Ethereum había mantenido un ritmo constante de una gran actualización por año: Shapella en 2023, Pectra en 2024, siempre con mejoras meticulosas. Pero Fusaka no solo implica un cambio en el calendario. Esta actualización incluye 9 EIP centrales y 4 propuestas complementarias, un tamaño que está entre los mayores de la historia de Ethereum. Lo más destacado es la tecnología PeerDAS: puede mejorar enormemente la disponibilidad de datos y la eficiencia en la fijación de precios, suponiendo un salto cualitativo tanto para la escalabilidad de la red como para la experiencia del usuario.

Pasar de una actualización anual a una semestral demuestra una respuesta más rápida del equipo ante cuellos de botella de rendimiento y problemas de seguridad. Si este ritmo se mantiene, los proyectos de Layer2 y las aplicaciones descentralizadas contarán con un margen de desarrollo mucho mayor.

Ahora ETH está atascado en la zona de los 3.200 dólares, ¿seguirá rompiendo resistencias o aprovechará las buenas noticias para una toma de beneficios? ¿Cómo lo veis vosotros?