¿Alguna vez te has preguntado por qué algunos traders prefieren fondos blancos?

Mi historia se remonta a 1974. Fue entonces cuando empecé a operar, mucho antes de que las pantallas dominaran todo. En aquella época, hacíamos todo a mano: papel cuadriculado, reglas, lápices. Cada movimiento de precio se tenía que trazar manualmente.

Piénsalo: si hubiéramos usado papel negro, habríamos necesitado tinta blanca, roja y verde solo para marcar las cosas. Suena ridículo, ¿verdad? Pero así aprendimos a leer los mercados: un dato tras otro, dibujado con nuestras propias manos.

¿Ordenadores? Todavía no existían en nuestro mundo. Cuando finalmente aparecieron, el gráfico blanco simplemente tenía sentido. Las viejas costumbres cuestan de abandonar, especialmente cuando se han grabado en tu memoria muscular tras años trazando líneas en papel.

A veces, las explicaciones más simples son las reales.