Hace un par de días recibí una llamada de auxilio de mi vieja amiga Amé. Al otro lado del vídeo, ella lloraba desconsoladamente, su marido a su lado fumando en silencio, y en la mesa del salón se amontonaban las facturas del niño y los recibos médicos. Acercó la pantalla del móvil a la cámara: saldo de la cartera: 2.000 dólares.

"Esto es el último dinero líquido que nos queda en casa, ¿puedes orientarme sobre cómo operar? Ya no aguantamos más..."

Entiendo esa desesperación. Tras años peleando en el mercado cripto, nunca he tenido acceso a supuestas informaciones privilegiadas, ni he pillado esos mercados alcistas tan locos que parecen irreales. Lo que me permitió ayudar a Amé a convertir esos 2.000 dólares en 360.000 fue el método más sencillo: trabajar como un agricultor, revisando el mercado cada día (regar), esperando pacientemente a que se forme la tendencia (esperar a que brote), y nunca tomar decisiones precipitadas por ansiedad (no sacar la planta antes de tiempo).

Lo que nos mantuvo a flote durante 1.095 días no fue la suerte, sino el conocimiento adquirido a base de errores y lágrimas que compartimos. Hoy quiero compartir 6 lecciones ganadas a pulso, cada una me costó dinero de verdad. Si puedes asimilar aunque sea una, te ahorrarás por lo menos tres años de aprendizaje caro.

**Primera lección: ¿Subida rápida seguida de una caída lenta? No te apresures a vender en pérdidas**

Muchos cometen el error de actuar antes de pensar. Ven que el precio sube rápido y luego empieza a corregir, y antes de analizarlo, ya han vendido — ¡nunca hagas eso!

Este movimiento no suele ser una señal de colapso, sino que los grandes están acumulando en silencio. Yo cometí ese error hace años: una moneda subió un 20% en un día, luego bajó poco a poco hasta quedar en un 10% de subida en tres días, y yo, nervioso, vendí todo. Al día siguiente, ¡subió otro 30%! Lo lamenté tanto que me habría dado dos bofetadas.

¿Cuál es la verdadera señal de peligro? Cuando hay una subida enorme con mucho volumen y, de repente, se desploma en picado. Ahí sí que hay que salir rápido, o no te quedará ni para el caldo. Las caídas lentas suelen ser movimientos para limpiar el mercado, no dejes que te limpien a ti.