Anoche, después del cierre del mercado estadounidense, recibí tres noticias seguidas. Me quedé pegado a la pantalla hasta la madrugada antes de reaccionar: el impacto de esta serie de golpes puede ser mucho más fuerte de lo que la mayoría imagina.

Empecemos por lo más llamativo: los datos de empleo de ADP arrojaron directamente un resultado de -32.000. Ojo, el mercado esperaba un crecimiento positivo y al final salió un dato negativo que dejó a todos boquiabiertos. ¿Qué significa esta cifra? Que el mercado laboral estadounidense se está enfriando y el motor del crecimiento económico empieza a fallar. Pero lo extraño es que, en vez de aumentar las expectativas de bajadas de tipos por parte de la Fed, estas se redujeron. Esta reacción es como ver señales de incendio y que los bomberos digan “esperemos un poco más”: o los datos están manipulados, o se están reservando una jugada importante.

Pero lo más explosivo viene después. El equipo de Trump lleva tiempo lanzando señales: si recuperan el poder, podrían hacer cambios en la Reserva Federal, e incluso dejar que el secretario del Tesoro, Bessent, lidere el comité de decisiones económicas. No pienses que es solo retórica electoral; si la política monetaria pasa de “luchar a muerte contra la inflación” a “priorizar el crecimiento”, la liquidez podría aflojarse mucho más rápido de lo que imaginamos. La experiencia histórica nos dice que, siempre que hay un cambio de rumbo en la política, ¿a dónde va primero el capital del mercado? A los activos de alto riesgo y alto retorno, y el sector cripto seguro que está entre los primeros de la lista.

La SEC también está acompañando este movimiento. Su presidente ha declarado públicamente que la legislación regulatoria relacionada con cripto está en la cuenta atrás para su implementación. Si sumas todas estas señales, parece que alguien está moviendo piezas en el tablero al mismo tiempo: generando presión con los datos, preparando cambios de política, y allanando el camino con una desregulación progresiva.

Ahora bien, el mercado nunca sigue el guion. Es probable que a corto plazo veamos primero una oleada de reacción emocional, pero el verdadero punto de inflexión dependerá de datos y políticas concretas en el futuro. De lo que sí estoy seguro es de que, en las próximas semanas, la volatilidad hará que muchos no puedan dormir tranquilos.