Las ambiciones del proyecto Kite no son pequeñas: no pretende ser “otra blockchain más”, sino que está construyendo una infraestructura financiera específicamente diseñada para agentes de software. ¿Qué significa esto? Que esos scripts automatizados, asistentes de IA y microservicios podrán, en el futuro, gestionar transferencias, firmar contratos y cumplir procesos de cumplimiento normativo de forma autónoma, sin supervisión humana.
Para que las máquinas puedan encargarse de estas tareas de forma autónoma, la verificación de identidad no puede tomarse a la ligera. Kite la trata como una infraestructura fundamental: debe ser verificable, componible y con permisos estrictamente controlados. Así, los agentes sólo harán lo que deben hacer, evitando tanto problemas legales como el descontrol de los datos privados.
El diseño completo se divide en tres capas, y la lógica central es sencilla: delimitar claramente las capacidades de cada agente, que sólo puedan hacer aquello para lo que están autorizados. Kite descompone la identidad en tres partes...
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ForkLibertarian
· 12-06 13:53
¿Máquinas firmando contratos de forma autónoma? ¿De verdad se puede confiar en eso? Si el control de permisos no da problemas, ya sería bastante bueno.
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MissingSats
· 12-06 13:53
Pues esta idea sí que tiene su gracia, ¿sería como darles un DNI financiero a los curritos de la IA?
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CommunityLurker
· 12-06 13:32
¿Máquinas gestionando finanzas por sí mismas? Suena bastante intimidante, pero mientras los permisos estén estrictamente limitados, no debería haber otro cisne negro.
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memecoin_therapy
· 12-06 13:23
Jaja, que las máquinas hagan transferencias y firmen contratos por sí mismas suena muy Web3... Pero en cuanto a los permisos estrictos, eso sí me lo creo, al menos que no venga otra oleada de rug pull.
Las ambiciones del proyecto Kite no son pequeñas: no pretende ser “otra blockchain más”, sino que está construyendo una infraestructura financiera específicamente diseñada para agentes de software. ¿Qué significa esto? Que esos scripts automatizados, asistentes de IA y microservicios podrán, en el futuro, gestionar transferencias, firmar contratos y cumplir procesos de cumplimiento normativo de forma autónoma, sin supervisión humana.
Para que las máquinas puedan encargarse de estas tareas de forma autónoma, la verificación de identidad no puede tomarse a la ligera. Kite la trata como una infraestructura fundamental: debe ser verificable, componible y con permisos estrictamente controlados. Así, los agentes sólo harán lo que deben hacer, evitando tanto problemas legales como el descontrol de los datos privados.
El diseño completo se divide en tres capas, y la lógica central es sencilla: delimitar claramente las capacidades de cada agente, que sólo puedan hacer aquello para lo que están autorizados. Kite descompone la identidad en tres partes...