#比特币对比代币化黄金 Conocí a un colega que operaba con futuros, ¿cómo fue cayendo paso a paso?
Al principio solo probó suerte con 1500. En 48 horas, la cifra de la cuenta saltó a 40.000. Aquella noche me escribió: “Vaya, el mercado es facilísimo de entender”.
¿Y luego? Apostó todo, aguantó la posición hasta el final... Unos cientos de euros después, volvió al punto de partida.
La clave es que no podía parar. Desde entonces, durante el día pegado a las velas, por la noche revisando las posiciones, incluso la comida la pedía a domicilio por salir del paso. Decía que “los futuros son una trampa”, pero en cuanto el mercado se movía, se lanzaba más rápido que nadie.
¿Por qué? Porque esa sensación de euforia realmente te engancha.
Con decenas de veces de apalancamiento, si aciertas la dirección, tu capital se duplica en un instante. Esa velocidad, ni la bolsa la ofrece, ni la mesa de apuestas es tan emocionante. En bolsa, subir un 10% es un tope, pero en cripto, duplicar en un día ni siquiera es noticia. Pero una vez que pruebas ese “golpe instantáneo”, en tu cabeza solo queda una obsesión: puedo recuperarlo.
¿La realidad? La mayoría no tiene tiempo de remontar antes de que el mercado les eche a patadas.
Lo más difícil de dejar en los futuros no es la avaricia, sino la ilusión que crea esa “velocidad”: demasiado rápido, demasiado fuerte, demasiado parecido a un sueño lúcido. En lo más profundo de la naturaleza humana hay un pozo sin fondo que siempre fantasea con un vuelco en una noche.
Pero cuanto más bonito es el sueño, más dura es la caída al despertar.
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WhaleWatcher
· hace22h
Entiendo perfectamente la historia de este tipo, en resumen, es que su mente ha sido secuestrada por la palabra "rápido".
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RugPullProphet
· hace22h
Esa es la mentalidad de un jugador: en el momento en que 1500 se convierten en 40.000, la cabeza deja de funcionar.
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CrossChainBreather
· hace22h
Esto es un círculo vicioso: una vez que pruebas una ganancia, ya no puedes parar, y al final siempre termina en liquidación total.
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MEVHunter
· hace22h
Este es el espacio de arbitraje en el mempool; si aciertas la dirección, la optimización de las comisiones de gas deja de ser importante. Pero la mayoría de la gente ni siquiera entiende el riesgo de sus propias posiciones, solo miran esa línea verde en el gráfico de velas.
#比特币对比代币化黄金 Conocí a un colega que operaba con futuros, ¿cómo fue cayendo paso a paso?
Al principio solo probó suerte con 1500. En 48 horas, la cifra de la cuenta saltó a 40.000. Aquella noche me escribió: “Vaya, el mercado es facilísimo de entender”.
¿Y luego? Apostó todo, aguantó la posición hasta el final... Unos cientos de euros después, volvió al punto de partida.
La clave es que no podía parar. Desde entonces, durante el día pegado a las velas, por la noche revisando las posiciones, incluso la comida la pedía a domicilio por salir del paso. Decía que “los futuros son una trampa”, pero en cuanto el mercado se movía, se lanzaba más rápido que nadie.
¿Por qué? Porque esa sensación de euforia realmente te engancha.
Con decenas de veces de apalancamiento, si aciertas la dirección, tu capital se duplica en un instante. Esa velocidad, ni la bolsa la ofrece, ni la mesa de apuestas es tan emocionante. En bolsa, subir un 10% es un tope, pero en cripto, duplicar en un día ni siquiera es noticia. Pero una vez que pruebas ese “golpe instantáneo”, en tu cabeza solo queda una obsesión: puedo recuperarlo.
¿La realidad? La mayoría no tiene tiempo de remontar antes de que el mercado les eche a patadas.
Lo más difícil de dejar en los futuros no es la avaricia, sino la ilusión que crea esa “velocidad”: demasiado rápido, demasiado fuerte, demasiado parecido a un sueño lúcido. En lo más profundo de la naturaleza humana hay un pozo sin fondo que siempre fantasea con un vuelco en una noche.
Pero cuanto más bonito es el sueño, más dura es la caída al despertar.