Recientemente vi una idea interesante: la fuga masiva de talento de primer nivel en ciertas regiones debilitaría la mayor ventaja de los mercados desarrollados en la competencia tecnológica: su capacidad para atraer y retener talento.

Pero espera, esta lógica no cuadra. Si los mercados desarrollados realmente pudieran monopolizar el talento global de élite, incluidos esos “niños prodigio” formados con enormes recursos educativos, lo lógico sería que la brecha se hiciera cada vez mayor, ¿no?

Lo más surrealista es que, por un lado, se dice que los sistemas educativos de los mercados emergentes están llenos de problemas y por eso pierden talento, pero por otro lado, se teme que estos mismos mercados los superen. ¿Al final el problema está en el sistema del receptor o en el entorno general?

Solo hay que mirar el ejemplo de la India: CEOs en Silicon Valley, altos cargos en multinacionales, los indios están por todas partes, eso sí que es exportación de talento. ¿Y el resultado? No parece que ningún mercado se haya asegurado el éxito solo por haber “absorbido” el talento indio.

Al final, en Web3 y en la industria cripto pasa lo mismo: la verdadera innovación nunca se basa únicamente en “fichar” talento. El talento de élite es importante, pero el ecosistema, los mecanismos y la estrategia a largo plazo son la verdadera ventaja competitiva. La simple entrada de talento no equivale a una ventaja absoluta, y esto es aplicable en cualquier sector.