Esta última tanda de señales es bastante interesante.

La noche del 5 de diciembre, los altos funcionarios económicos y comerciales de China y EEUU mantuvieron una videollamada, y el ambiente fue bastante positivo: ambas partes hablaron de “ampliar la lista de cooperación y acortar la lista de problemas”. Este tipo de declaración, al menos a corto plazo, le ha dado al mercado una dosis de tranquilidad.

Pero lo más impactante viene de Estados Unidos. Los datos del PCE básico de septiembre salieron con retraso (debido al cierre del gobierno) y, cuando por fin se publicaron, la tasa anual fue del 2,8%, un poco por debajo de lo esperado. El aumento mensual también fue bastante moderado.

Con esto, el mercado se animó de inmediato. ¿La probabilidad de una bajada de tipos en diciembre? Sube por encima del 87%. Incluso el asesor económico de la Casa Blanca, Hassett, salió públicamente diciendo que la próxima semana habrá bajada, y bancos como Bank of America también están impulsando esa idea.

Toda la atención está puesta en la reunión de la Reserva Federal de la próxima semana (9-10 de diciembre). El problema es que aún faltan datos clave, y cómo Powell gestione las expectativas del mercado frente a la realidad no será tarea fácil.

En resumen: las relaciones entre China y EEUU se han suavizado un poco, los datos de inflación de EEUU han echado una mano, y el mercado ya está impaciente esperando una bajada de tipos.

Esta semana, sin duda, no será tranquila.