Ayer estuve revisando algunos datos on-chain y varios informes de distintas fuentes, y me encontré con algunas señales bastante interesantes.

Empezando por el flujo de capital. En EE. UU., el ETF spot de Bitcoin registró ayer una entrada neta de 54,8 millones de dólares, pero por el lado de Ethereum, en cambio, salieron 75,2 millones de dólares; esta divergencia es bastante curiosa. Sin embargo, el ETF de Solana atrajo 15,7 millones, así que parece que el capital se mueve con bastante frecuencia entre distintos sectores.

Los movimientos de las grandes ballenas en la cadena también merecen atención: una dirección que podría ser de BitMine barrió 22.676 ETH en solo 4 horas; otra ballena fue aún más agresiva, aumentando su posición en altcoins por valor de 14 millones de dólares, y ahora tiene una cartera valorada en 74,83 millones. Más sorprendente aún, una ballena antigua que llevaba dormida 14 años despertó de repente y movió 1.000 BTC; hay que recordar que el coste de esas monedas en su día fue de solo 3,88 dólares cada una.

En el plano técnico, los analistas opinan que la fase de toma de beneficios de Bitcoin está cerca de terminar y que la presión vendedora está a punto de agotarse. Si ETH logra superar los 3.200 dólares, en los principales exchanges se liquidarían un total de 764 millones en posiciones cortas—una resistencia muy fuerte. El índice de miedo ha bajado a 23, así que el mercado vuelve al estado de "miedo extremo", aunque un gran exchange prevé que en diciembre podría llegar un repunte.

A nivel macro, en Polymarket la probabilidad de que la Fed baje los tipos 25 puntos básicos en diciembre ya se ha disparado hasta el 94%. El dato de PCE core de septiembre fue peor de lo esperado, lo que podría allanar el camino para más recortes. Bank of America incluso cree que pronto el mercado empezará a apostar por un nuevo recorte en enero.

Algunas noticias varias: Grayscale ha presentado ante la SEC la declaración S-1 para un ETF spot de SUI, y un exchange va a listar NIGHT en el mercado spot. Los analistas creen que el próximo presidente de la Fed se enfrentará a una prueba de estrés extrema: bajar tipos, aranceles e inflación, tres contradicciones difíciles de equilibrar.

Así está el mercado, los datos están ahí, que cada uno los interprete a su manera.