#ETH走势分析 el pasado fin de semana coincidí en la oficina con una chica que opera con contratos, la trajo un amigo.

Al enterarse de que me va bastante bien en el mundillo, se acercó con la copa en la mano a desahogarse: metió dos millones y ahora lo que queda en la cuenta no llega ni a las sobras.

Medio en broma le dije: "Si hubieras gastado veinte mil antes en aprender conmigo, al menos no estarías tan mal ahora, ¿no crees?"

Ella sonrió incómoda: "Por aquel entonces ni te conocía."

No lo dije en voz alta, pero lo pensé muy claro. Aunque me hubiera conocido, probablemente tampoco lo habría creído: al fin y al cabo, hasta que uno no se da una buena hostia, no admite que delante hay un agujero.

"Hermana, dime la verdad, ¿de verdad hay gente que gane dinero de forma estable en esto?" Se acercó bajando la voz, "Siempre tengo la sensación de que alguien me está vigilando: en cuanto compro, baja; en cuanto vendo, sube. ¡Es como magia negra!"

Me reí: "Por supuesto que hay gente que gana, pero esa sensación... la tienen todos los novatos."

"Piénsalo," hice una pausa, "el mercado nunca para, veinticuatro horas subiendo y bajando, ¿y qué tiene que ver eso contigo o conmigo? Si ganas diez millones, no se detiene por ti; si te liquidas y te quedas a cero, el mercado sigue igual." La miré a los ojos, "Eso es lo más frío del mercado cripto."

Se impacientó: "¿Entonces cómo se remonta?"

"Este juego es difícil, y lo es precisamente porque es demasiado simple." Me recosté en la silla, "Tan simple que después de comprar solo puedes esperar. Esperar, esperar, hasta que dudas de todo. Los traders que salen de las mejores universidades, con un coeficiente intelectual por las nubes, también pierden a lo grande: no es que no sean listos, es que no soportan la incertidumbre. Creen que por mirar más indicadores o aprender más estrategias podrán dominar el mercado." Negué con la cabeza, "Pero en este mundillo, lo único que puedes controlar es cuánto estás dispuesto a perder."

Seguía confundida: "¿Pero en concreto, qué hago?"

Un poco resignado: "Detecta la tendencia, pon bien el stop loss, entra."

"¿Solo eso?" Abrió los ojos de par en par.

"Solo eso." Le devolví la pregunta, "¿Cuántas veces lo has intentado? Solo con la palabra 'tendencia', podría hablarte hasta el amanecer. Escucharla cada día y entenderla de verdad hay un abismo. Es como aprender a conducir: para el que no sabe, pisar el embrague, cambiar de marcha y mirar el retrovisor parece imposible; para el que sabe, no es más que coordinar pies y manos."

Muchas veces es así. Cruzamos montañas buscando respuestas, y al abrir el sobre vemos que la respuesta siempre estuvo en la mano.

El punto de partida es el final, solo que la mayoría necesita dar una vuelta para creerlo.