La composición de los participantes en los mercados financieros tradicionales y en los de criptomonedas es muy diferente.

En los mercados tradicionales, los bancos, fondos y compañías de seguros tienen el control del discurso, mientras que los inversores minoristas son simplemente seguidores. El sistema de fijación de precios es relativamente maduro y la volatilidad de los precios está limitada. Pero el mercado de criptomonedas es un mundo completamente diferente: los minoristas dominan el panorama, junto a ballenas que poseen cantidades asombrosas de tokens y que pueden desencadenar cambios drásticos en el mercado en cualquier momento. Aunque el capital institucional está entrando poco a poco, la volatilidad del sentimiento del mercado sigue siendo mucho mayor.

¿Por qué la emoción en el mercado cripto supera con creces a la de la bolsa? Basta con mirar la estructura de los participantes para entenderlo. Las finanzas tradicionales están dominadas por instituciones profesionales, los minoristas representan un porcentaje pequeño y el mercado es relativamente estable. En el ámbito cripto, en cambio, los minoristas son la fuerza principal y cualquier movimiento de una ballena puede agitar el mercado, mientras que los inversores institucionales aún están en fase de prueba. Aquí, el sentimiento es el motor habitual y las subidas y bajadas tipo montaña rusa se suceden casi a diario.

Aunque ambos mercados buscan ganar dinero mediante la inversión, las reglas del juego son radicalmente distintas. En el sector financiero tradicional, el poder de fijación de precios está firmemente en manos de las grandes instituciones y los minoristas solo pueden aceptar pasivamente las condiciones; en cambio, en el ecosistema cripto, los minoristas tienen más voz, la entrada o salida de ballenas puede cambiar rápidamente el panorama del mercado y el capital institucional apenas empieza a posicionarse. La velocidad a la que cambia el sentimiento del mercado es difícil de seguir.