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Dos hechos del 6 de diciembre, hora del este de EE. UU., merecen ser revisados: la Reserva Federal mantuvo los tipos de interés como se esperaba, pero con un tono moderado, y por otro lado, los reguladores han insinuado que el marco legislativo para los criptoactivos está a punto de completarse. Impulsado por estas noticias, Bitcoin ha superado los cien mil dólares, Ethereum le ha seguido y el volumen de negociación ha aumentado notablemente.

Primero, la actitud de la Fed. La declaración sobre mantener una política acomodaticia hasta 2026 en realidad da tranquilidad al mercado: la liquidez no se va a restringir a corto plazo. En este entorno, los fondos tienden naturalmente a migrar hacia activos de alto rendimiento, y las criptomonedas, especialmente las principales, se benefician directamente. Sin embargo, tipos bajos no significa subida ilimitada, más bien proporciona un contexto macro relativamente amigable.

El avance en la regulación es aún más clave. Si EE. UU. realmente introduce un marco legal claro, las preocupaciones de los fondos institucionales se reducirán considerablemente. Muchos actores financieros tradicionales han estado esperando en los últimos años precisamente por el riesgo regulatorio. Una vez que las reglas sean claras y las vías de cumplimiento estén abiertas, el capital adicional podrá entrar de forma sostenida. Por supuesto, esto también significa que el margen de maniobra para los proyectos de baja calidad se reducirá y la diferenciación entre altcoins será más dura.

Desde el punto de vista técnico, Bitcoin ha superado con volumen las resistencias previas en gráfico diario, y el sistema de medias móviles se ha alineado al alza. Si consigue mantener el nivel de los cien mil durante el fin de semana, en teoría hay margen para seguir subiendo—hay quien pronostica un rango de 120 a 150 mil, pero estas predicciones solo sirven como referencia. La realidad es que las ventas de quienes recogen beneficios pueden aparecer en cualquier momento; si hay una corrección, no hay que entrar en pánico, puede ser incluso una oportunidad para aumentar posiciones.

Mirando al futuro, los tres factores—política, flujos de capital y análisis técnico—no pintan mal. El periodo hasta 2026 podría ser relativamente favorable para operar. A la hora de componer cartera, prioriza Bitcoin, Ethereum y proyectos DeFi con fuerte cumplimiento normativo. Mejor evitar altcoins puramente especulativas; la relación riesgo/beneficio no compensa.

Habrá volatilidad a corto plazo, seguro, pero la tendencia es más importante que el ‘timing’. No te asustes si cae, no te dejes llevar por la codicia si sube; esta lógica nunca falla. ¿Cómo lo veis vosotros? Comentad en la sección.