Recientemente he visto una perspectiva interesante: la lucha global por el control del discurso financiero, en la que las stablecoins y las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC) son en realidad una batalla encubierta bajo la mesa.

La realidad es dura: las stablecoins basadas en el dólar ya han monopolizado el sector. ¿Otras monedas fiduciarias quieren emitir stablecoins? Prácticamente no tienen salida. Ese conjunto de leyes de Estados Unidos parece estar cavándose su propia tumba, pero en realidad les permite controlar firmemente el mercado.

Algunos dicen que deberíamos emitir una stablecoin basada en el renminbi para contrarrestar esto. Eso es pensar demasiado. No solo no tiene ventajas, sino que incluso podría socavar la soberanía monetaria y poner en riesgo la seguridad financiera. Ni hablar de ese sistema de stablecoins y criptomonedas: demasiados casos de lavado de dinero transfronterizo y estafas, con un nivel de riesgo alarmante.

Pero desde otra perspectiva, tampoco estamos sin cartas para jugar. En pagos móviles somos líderes mundiales, y el avance del yuan digital es sólido. En vez de seguir la senda de las stablecoins en dólares, es mejor centrarse en desarrollar la moneda digital del banco central: ese sí es el camino para ganar la iniciativa.

En resumen, quien domine las reglas de la moneda digital en el futuro tendrá la llave del nuevo orden financiero. Detrás de la competencia de las stablecoins hay una pugna mucho más profunda por la soberanía monetaria.