Esta noche a las 23:00 tenemos una batalla importante: los estadounidenses publican el dato del PCE subyacente de septiembre, con una previsión del 2,9%.

¿Por qué merece la pena prestar atención a esto? Porque es el principal indicador de inflación que vigila la Reserva Federal. En cuanto se publique, marcará directamente la dirección de las apuestas del mercado sobre recortes de tipos el año que viene. Ahora mismo, el precio de Bitcoin está en una posición sensible; cualquier pequeño movimiento puede desencadenar una reacción en cadena.

En profundidad: si el dato supera el 2,9%, el mercado podría tener que revalorizar las expectativas de una política monetaria más agresiva, lo que presionaría a los activos de riesgo a corto plazo; si es inferior, aumentan las esperanzas de recortes de tipos y es probable que los fondos vuelvan a entrar.

En momentos así, mejor no actuar a lo loco. Mi planteamiento es sencillo: observar principalmente.

Mientras no salgan los datos y el sentimiento del mercado no se haya asentado, cualquier apuesta anticipada es jugar a las probabilidades. La verdadera oportunidad surge una vez que se conocen los resultados: ver hacia dónde fluye el capital, hacia dónde apunta la tendencia, y cuando la dirección esté clara, entonces sí, seguirla. Es mejor guardar pólvora en seco que perseguir precios altos o intentar coger el mínimo y quedarse a medio camino.

Aguanta esta noche, no te precipites en entrar. Espera a que pase la ola y luego observa hacia dónde nadan los peces.