Recientemente, las noticias sobre la bajada de tipos de interés por parte de la Reserva Federal han causado revuelo en el sector. Algunos gritan “¡llega el mercado alcista!”, mientras que otros lo venden todo y se mantienen a la espera. ¿Qué significa realmente para nosotros, los que jugamos con criptomonedas, que el coste de pedir dinero prestado baje?

Primero, seamos realistas: cuando los intereses de los depósitos bancarios son tan bajos que apenas importan, ¿a dónde irá ese dinero que antes estaba invertido en productos financieros tradicionales? La respuesta es sencilla: buscará activos con mayores rendimientos. Los activos alternativos como Bitcoin se convierten en una de las opciones. Más importante aún, si se imprimen más dólares, la moneda se deprecia, y ahí es cuando la narrativa de Bitcoin como “protección contra la inflación” gana fuerza. Además, los costes en los protocolos de préstamos on-chain también bajan, lo que podría animar al ecosistema DeFi.

Pero no te alegres demasiado rápido. Antes de que se anuncie la bajada de tipos, el mercado ya suele haber subido—esto es lo que se llama “comprar el rumor”. Cuando la noticia finalmente se confirma, puede que haya una corrección porque muchos venden para recoger beneficios—esto es “vender el hecho”. Las subidas y bajadas tras varias reuniones de la Fed el año pasado lo demuestran: los que compraron el mismo día de la noticia acabaron atrapados en la cima.

¿Qué hacer entonces? Si eres de los que piensan a largo plazo, lo mejor es seguir haciendo compras periódicas y no obsesionarte con las subidas y bajadas a corto plazo. Si prefieres operar en el corto plazo, espera a que aparezcan episodios de pánico para entrar poco a poco, pero recuerda establecer un límite de pérdidas—el mercado no tendrá piedad solo porque tú pierdas dinero. Para los recién llegados, lo más sensato es estudiar Bitcoin y Ethereum, las criptos principales; la mayoría de los proyectos que prometen “multiplicarse por cien” son trampas.

En resumen, la bajada de tipos sí inyecta liquidez en el mercado, pero el dinero acabará fluyendo hacia proyectos que realmente tengan base tecnológica y aplicaciones prácticas. El viento puede hacer volar a los cerdos, pero cuando se detiene, la caída es mucho más dura.