Ese año, en primavera, la tierra se agrietó por el hielo, el viento del norte soplaba con fuerza como si fueran cuchillos, la nieve caía copiosamente y el viento aullaba; llegó la tormenta de nieve. En un instante, el cielo oscuro y el mar de nieve se fundieron en uno solo, y no se podía ver nada.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
Ese año, en primavera, la tierra se agrietó por el hielo, el viento del norte soplaba con fuerza como si fueran cuchillos, la nieve caía copiosamente y el viento aullaba; llegó la tormenta de nieve. En un instante, el cielo oscuro y el mar de nieve se fundieron en uno solo, y no se podía ver nada.