En el ámbito financiero global últimamente ha habido una bomba: ¿ya está prácticamente decidido el próximo presidente de la Reserva Federal? Todo el dinero de los mercados de predicción está apostando por la misma persona, y si esto se cumple, para quienes seguimos la liquidez no es precisamente un asunto menor.

Vamos a los datos. En Polymarket, la probabilidad de victoria de Kevin Hassett se ha disparado hasta el 84%. ¿Qué significa esto? Que el mercado, con dinero real, te está diciendo: este hombre lo tiene hecho. ¿Y los demás candidatos? Kevin Warsh, un 7%; Christopher Waller, ni siquiera llega al 3%. Este director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca parece tener la silla ya reservada.

¿Por qué él? Dos palabras: encaje perfecto. Hassett y el actual Powell no son de la misma escuela ni de lejos. Powell está todo el día pendiente de los datos, de los indicadores de inflación, del empleo, como si los mirara con lupa. Hassett es diferente; cree firmemente que “el crecimiento es la clave”, y piensa que los tipos de interés altos dañan la economía mucho más que la inflación. Esta manera de pensar es casi un calco de cierto expresidente que llamaba a Powell “el hombre que siempre llega tarde” y que no paraba de exigir bajadas de tipos.

Llámale arquitecto clave de la política económica o fiel seguidor, lo cierto es que su postura es firme como una roca.

¿Y qué piensa el mercado? Si este hombre llega al cargo, lo más probable es que la Fed se vuelva más “amable”: podría bajar los tipos de interés de forma más agresiva y abrir el grifo de liquidez todavía más. Cuando la liquidez se relaja, los activos de riesgo son siempre los primeros en animarse. Bolsa, bonos, criptomercados... ¿cuál de ellos no ha crecido a base de liquidez?

Por supuesto, todavía es pronto para dar nada por hecho, pero el mercado ya lo está descontando. Ese 84% de probabilidades está ahí y los traders no son tontos: ya huelen el posible cambio de rumbo en la política. En los próximos meses, vigilar cada movimiento de la Fed puede ser incluso más importante que mirar los gráficos de precios.