El 5 de diciembre, la deuda pública de Estados Unidos superó oficialmente el umbral de los 30 billones de dólares; la cifra exacta es de 30,2 billones.

Revisando los libros de cuentas, se puede ver que desde 2018 hasta ahora, esta cifra ya se ha duplicado con creces. Según los últimos datos publicados por el Departamento del Tesoro en noviembre, la suma de letras del Tesoro, bonos a medio plazo y bonos a largo plazo ha acumulado pagarés hasta alcanzar esta cifra astronómica.

La verdad es que este ritmo de crecimiento es bastante fuerte. Hay que tener en cuenta que duplicar el volumen de deuda en tan solo unos pocos años refleja varias cosas detrás: la gran inyección de liquidez durante la pandemia, la inversión continuada en planes de infraestructuras y el efecto combinado de diversas políticas de estímulo.

Para quienes seguimos el mercado, esto no es solo un juego de cifras. El aumento del volumen de la deuda estadounidense suele venir acompañado de sutiles cambios en la confianza en el dólar, y estos cambios acaban trasladándose a la valoración de todo tipo de activos, incluidos los criptoactivos.