Wall Street cerró mayormente plana ayer. Las señales mixtas del informe de empleo dejaron a los inversores perplejos, pero aquí está la clave: nadie está entrando en pánico. ¿Por qué? Porque el recorte de tipos de la Fed para la próxima semana ya está prácticamente descontado.

Las acciones lograron mantenerse estables a pesar del panorama incierto del empleo. Ese es el clásico comportamiento de "comprar la caída ante la postura acomodaticia de la Fed". Cuando hay relajación monetaria en el horizonte, los mercados tienden a ignorar los datos débiles. ¿La lógica? Los tipos más bajos suelen impulsar los activos de riesgo en general: acciones, criptomonedas, lo que sea.

Es curioso cómo cambia el sentimiento cuando entran en juego los recortes de tipos. De repente, la debilidad económica se convierte en munición alcista en lugar de una señal de alarma.