Un estafador envía a tu monedero tokens por un valor de unos pocos céntimos. Esta acción, llamada "dust attack", deja un rastro en tu historial de transacciones. La parte astuta es la siguiente: la dirección del remitente se parece muchísimo a las que usas habitualmente. Los primeros y últimos caracteres son casi idénticos.
¿Y luego qué pasa? Cuando llega el momento de enviar dinero, copias la dirección rápidamente desde tu historial. Pero te equivocas: ya has copiado la dirección falsa del estafador. Tu dinero va directamente a su bolsillo.
La solución es simple: comprueba la dirección de principio a fin cada vez. No seas perezoso, ya no basta con mirar solo los primeros y últimos caracteres.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
11 me gusta
Recompensa
11
5
Republicar
Compartir
Comentar
0/400
RealYieldWizard
· 12-06 07:42
Este truco es realmente increíble, ya me he encontrado con este tipo de cuentas basura antes.
Ver originalesResponder0
StableBoi
· 12-05 01:07
Jaja, este truco es realmente increíble. A un amigo mío le pasó una vez un dust attack, y en ese momento pensó que era un airdrop, lol.
Ver originalesResponder0
ImpermanentPhilosopher
· 12-05 01:06
Dios mío, qué truco tan ingenioso, casi caigo en la trampa...
Ver originalesResponder0
OnchainArchaeologist
· 12-05 01:00
Este truco es realmente despiadado, si caes en un dust attack puedes perderlo todo.
Ver originalesResponder0
OnchainHolmes
· 12-05 00:54
Dios mío, este ataque de dust es realmente increíble, está hecho específicamente para aprovecharse de los despistados.
¿Sabes cómo funciona esta trampa?
Un estafador envía a tu monedero tokens por un valor de unos pocos céntimos. Esta acción, llamada "dust attack", deja un rastro en tu historial de transacciones. La parte astuta es la siguiente: la dirección del remitente se parece muchísimo a las que usas habitualmente. Los primeros y últimos caracteres son casi idénticos.
¿Y luego qué pasa? Cuando llega el momento de enviar dinero, copias la dirección rápidamente desde tu historial. Pero te equivocas: ya has copiado la dirección falsa del estafador. Tu dinero va directamente a su bolsillo.
La solución es simple: comprueba la dirección de principio a fin cada vez. No seas perezoso, ya no basta con mirar solo los primeros y últimos caracteres.