Empecé un plan de interés compuesto de cien días con un capital de 15 dólares, y no esperaba tener que reiniciar ya el primer día.

Anoche de hecho liquidé una vez mi posición, pero por suerte tengo una costumbre: parte de las ganancias diarias las retiro directamente, y otra parte las mando a una cuenta secundaria que ni toco. Si no fuera por esto, ya habría perdido todo.

Ayer por la noche estaba tan cansado que abrí una operación al precio de 14,28 y me fui a dormir. Al despertar, vi que me había hecho rico de golpe: la operación me dio un beneficio de 420,13. Sinceramente, fue pura suerte; después de perder cientos de veces, por fin tuve una buena.

Así que, hay que ir con cautela. Ahora he aprendido la lección: en cuanto gano, meto el dinero en esa "cuenta antidroga", y así, lejos de la vista, lejos de la tentación, y controlo mejor mis impulsos. Hoy al cierre, la cuenta muestra 436,08. Mañana seguiré progresando con prudencia, sin arriesgar demasiado.

En este juego no se trata de técnica, sino de saber controlar tus propias manos.